El trabajo, las actividades diarias, las tareas domésticas, en definitiva todos los quehaceres que tenemos que llevar a cabo en el día a día pueden acabar convirtiéndose en una causa de estrés mantenido.

Cada vez somos más conscientes de los cambios emocionales y conductuales que genera mantener niveles de estrés muy elevados, pero hoy vamos a hablar de cuáles pueden ser las consecuencias a nivel físico, especialmente los efectos que pueden tener sobre la salud cardiovascular.

Si bien es cierto que el estrés no es causa per se de enfermedad cardíaca, todos los cambios que se producen en el organismo a nivel de sistema nervioso y endocrino pueden acabar derivando en enfermedades cardiovasculares.

Cambios a nivel cardiovascular

Algunas de las hormonas que median en esta respuesta, especialmente la adrenalina y el cortisol son, entre otras causas, las que generan los cambios a nivel cardiovascular:

  • Aumentos de la presión arterial y la frecuencia cardíaca: mediada por la adrenalina, normalmente estos aumentos son puntuales ante los eventos estresantes, si se mantiene de manera continuada puede derivar en problemas de hipertensión arterial.

  • Arterioesclerosis: facilita el aumento de la acumulación de sustancias nocivas en las paredes de los vasos sanguíneos, al igual que la presencia de triglicéridos y colesterol en sangre.

  • Arritmias: cuando el estrés es extremo puede influir en que el corazón palpite fuera de ritmo.

  • Isquemia: por falta de oxigenación muscular.

¿Cómo reducir el estrés?

Viendo los daños que puede llegar a generar es importante que tomemos consciencia de cuál es nuestro nivel de estrés. Además tenemos que tener presentes aquellas acciones que nos ayuden a reducirlo y mantenerlo en niveles más óptimos. Te ofrecemos a continuación algunas pautas que te pueden ayudar a realizarlo:

  • Identificar las fuentes de estrés concretas: analiza si son evitables o modificables.
  • Cuidar la alimentación: reducir o eliminar consumo de estimulantes, café, alcohol y tabaco, mantener una dieta equilibrada y baja en grasas y azúcares.
  • Realizar actividad física habitualmente.
  • Dejar espacios para la expresión emocional y compartir con personas que sean importantes, como familiares, amigos o pareja.
  • Aprender a poner límites y decir que ‘no’, de esta manera no sobrecargar nuestra agenda.
  • Relajarnos y dejar tiempo para el descanso. Esto nos ayudará a reducir los niveles de activación fisiológica causada por el estrés y experimentar sensaciones más placenteras

Así que recuerda, ¡desestresa tu vida para cuidar tu corazón! ❤